Después de toda la turra que te he dado en los cuatro pasos anteriores, ha llegado al fin el momento de comenzar con tu lengua. Y lo primero será elegir los sonidos, que se dividen en vocales y consonantes.
Las vocales son aquellos sonidos que salen de nuestro aparato fonador sin ningún tipo de impedimento, como nuestras «a», «e», «i», «o» y «u». Pero existen muchas más vocales. Para estudiarlas convenientemente, los lingüistas las clasifican según ciertas características:
- Abertura: si te fijas detenidamente en cómo dices «i-e-a» te darás cuenta de que vas abriendo un poco más la boca con cada vocal. La «i» —en AFI /i/— es una vocal cerrada, la «e» —AFI /e̞/— es intermedia, y la «a» —AFI /ä/— es abierta. En otras lenguas podemos encontrar aberturas diferentes. En catalán, francés e italiano también hay vocales semiabiertas y semicerradas.
- Localización: ahora di «i-u» varias veces y fíjate en el movimiento de tu lengua. Con la /i/ tu lengua se adelantará, mientras que con la /u/ se retrasará. Por consiguiente, la /i/ es una vocal anterior y la /u/ es posterior. En cambio, la /ä/ es central, con la lengua en un punto intermedio.
- Redondeamiento: volviendo al «i-u» de antes, también te habrás dado cuenta de que debes redondear los labios con la /u/. Nuestra /o̞/ también exige que los redondeemos, al igual que la /y/ o «u» francesa. El resto de nuestras vocales son no-redondeadas.
Con esto podemos crear una cuadrícula para clasificar a las vocales (las columnas con Ø son vocales no-redondeadas y con O son redondeadas):
Las cinco vocales del español son las que están en rojo, y como puedes apreciar, son solo una pequeña muestra entre un mar de vocales mucho mayor. Así que a la hora de elegir tus vocales, tienes mucho donde escoger.
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