Los hablantes de la lengua NE aprendieron de los romanos a escribir, aunque transformaron su escritura hasta hacerla irreconocible. Sobre esto hablaré en una futura entrada, así que por el momento, para transcribir las palabras de su lengua, utilizaré una escritura con caracteres latinos estrictamente fonémica —se lee tal y como se escribe, sin ambigüedades—:
Como vemos, la letra c siempre tiene el valor de /k/ porque para los antiguos romanos era así. El posterior cambio fonológico que hizo que ce y ci se pronunciaran de forma diferente afectó posteriormente al latín tardío pero no a las lenguas de Incógnita. De igual modo, la g siempre se pronuncia /ɣ/ y la y siempre /ʝ/. A parte de nuevas letras como ř y ħ, que ya aparecían en la escritura que diseñé para la lengua M, hay una tercera letra inédita en español, la ſ, que no es sino una f pero sin la barrita horizontal, que me servirá para representar el fonema /ɸ/.
Dicho esto, empiezo con la fonotáctica. Esta nueva palabreja se refiere al conjunto de normas que sirven para construir sílabas en una lengua determinada, a sus restricciones fonológicas y a los posibles cambios fonéticos que pueda sufrir. Para explicar con mayor detenimiento qué significan todas estas cosas, paso directamente a describir la fonotáctica de la lengua NE.
Las sílabas se componen de un núcleo, un ataque (lo que precede al núcleo) y una coda (lo que va después del núcleo), algo que ya vimos en esta entrada. Lo que toca ahora es ver qué fonemas y combinaciones de fonemas tienen cabida en cada una de estas tres partes en la lengua NE:
- Núcleo silábico: aquí pueden aparecer todas las vocales y todos los diptongos decrecientes, es decir, aquellos en los que aparece primero la vocal fuerte y luego la débil, como ai, eu, oi, No obstante, debido a la influencia de la lengua S, se han incorporado términos con diptongos crecientes, en los que la vocal fuerte aparece en segundo lugar, como io, ue, etc. Los triptongos están restringidos.
- Ataque silábico: al igual que en la lengua M, se admiten todas las consonantes mientras que los grupos consonánticos están restringidos. Más adelante veremos que esta norma tiene algunas excepciones. Los sonidos largos /lː/ y /nː/ no podrán aparecer al inicio de palabra, mientras que /r/ solo podrá aparecer al principio de palabra. Por otro lado, algunas sílabas pueden prescindir del ataque silábico, como sucede en el artículo español «el».
- Coda silábica: aquí solo tienen permiso para aparecer /ɸ/, /θ/, /s/, /l/, /n/, /r/, /ɾ/ y /x/. Los grupos consonánticos también están restringidos. Muchas sílabas prescinden de la coda, como en el artículo español «la».
Esta estructura silábica es muy sencilla y, para los hispanohablantes, se pronuncia sin problemas. No obstante, la diversidad de sonidos que puede aparecer en la coda puede crear combinaciones de difícil pronunciación cuando choca con el ataque de la sílaba siguiente. Cuando esto sucede en las lenguas naturales se produce un cambio fonético del que, por lo general, el hablante no es consciente. Por ejemplo, cuando decimos la palabra «canguro» no pronunciamos en ningún momento el fono [n]. Esto se debe a que la combinación [ng] en español está restringida, o sea, que no sabemos pronunciarla. En su lugar, y de forma inconsciente, cambiamos la [n] por una [ŋ], un sonido que para nosotros casa mucho mejor con [g] puesto que ambos son velares (se pronuncian con la lengua en el velo del paladar).
Por consiguiente, para saber si en la lengua NE se producen cambios fonéticos como este, no me queda más remedio que probar todas y cada una de las posibles combinaciones de sonidos. Aquí hay que tener mucho cuidado porque estaremos tentados a copiar las normas de cambios fonéticos del español. Por ejemplo, en nuestra lengua encontramos un patrón por el que las fricativas [β], [ð] y [ɣ], cuando van en compañía de ciertas consonantes, se convierten en las oclusivas [b], [d] y [g]. ¿Sucede esto en todas y cada una de las lenguas naturales? Ni de coña. Por eso, para mi lengua NE, voy a diseñar mis propias normas, que son las siguientes:
- Cuando una fricativa sorda se junta con una fricativa sonora, la primera se sonoriza: «caſda» → [‘käβ.ðä]; «caħza» → [‘käð.zä].
- La excepción a esta primera norma se produce cuando las fricativas sordas anteceden a sonoras con su mismo punto de articulación, en cuyo caso se fusionan con esta última para crear sonidos largos: «caſba» → [‘kä.βːä]; «casza» → [‘kä.zːä].
- Algo parecido sucede cuando una fricativa sorda antecede a y: «caxya» → [‘kä.xːä].
- Cuando la alveolar n antecede a una fricativa sonora, esta se ensordece: «canga» → [‘kän.xä]; «canda» → [‘kän.θä].
- Con la alveolar l este mismo fenómeno solo sucede cuando antecede a d: «calda» → [‘käl.θä].
- Cuando una fricativa sorda antecede a una vibrante, pasa a formar parte de la sílaba de esta última, formando así los únicos ataques silábicos compuestos por grupos consonánticos: «caħřa» → [‘kä.θrä]; «caxřa» → [‘kä.xrä].
Cómo crear una lengua, Editorial Berenice.
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